Campos de Castilla

Acabo de volver de un mini-viaje por tierras castellanas, donde he tenido la oportunidad de descubrir y visitar "la España profunda", admirando los rincones de los pueblecitos que, junto con mis padres, ibamos encontrando por el camino.


Las palabras que me venían a la mente cuando trataba de describir los lugares y sus gentes eran todas sinónimos de "pintoresco" y "auténtico". Todo lo que ví, desde las "tortas del beato" y las "rosquillas" hasta la abuela que se sienta al fresco delante de la puerta de su casa, reflejaba ese sentimiento de "castilla", que se enorgullece de ser la patria del Cid y de cada una de sus espigas de trigo, quemadas por el sol de agosto y aguantando tercamente el calor castellano.

Quizás una de las mejores descripciones de Castilla y de la zona de Soria es la escrita por la mano del gran poeta Antonio Machado, en su libro "campos de castilla". Aquí adjunto el ultimo párrafo del poema "campos de Soria", haz click encima para ir a la página web de "machado en soria".

Si te gusta la poesía, disfrutarás leyendo a este maestro, que dedicó su vida a retratar los paisajes y la cultura de la España de principios y mediados del siglo pasado.

¡Oh, sí! Conmigo vais, campos de Soria,
tardes tranquilas, montes de violeta,
alamedas del río, verde sueño
del suelo gris y de la parda tierra,
agria melancolía
de la ciudad decrépita.

Me habéis llegado al alma,
¿o acaso estabais en el fondo de ella?

¡Gentes del alto llano numantino
que a Dios guardáis como cristianas viejas,
que el sol de España os llene
de alegría, de luz y de riqueza!

El mejor helado de Barcelona

A todos aquellos que vivan, visiten o estén de paso por Barcelona este verano: hay un lugar que debéis visitar sin falta.

Situada en pleno corazón del barrio de Gracia (Plaça de la Revolució), encontramos una heladería donde tenemos que pedir numero para saborear el mejor helado de Barcelona.

Allí tuve la suerte de acudir el pasado sábado cuando, con un par de amigos, buscabamos algo para refrescar el típico bochorno de Julio barcelonés. Pues bien, al ver la larga cola que se formaba delante de la heladería "la italiana" decidimos actuar un poco como "borregos" y dejarnos guiar por la multitud.

Desde familias enteras hasta jóvenes okupas, pasando por las turistas americanas rojas como gambas, el perfil de cliente de la heladería italiana es totalmente heterogéneo, ya que la pasión por los helados no conoce fronteras ni estereotipos.

No exagero si digo que hacía años que no probaba nada tan bueno. El helado de vainilla y leche merengada refrescó mi tarde y mi paladar. Buenísimo, fresco y dulce, el helado perfecto.

Tienen todo tipo de helados, totalmente artesanales, y cada uno de ellos supone una explosión de sabor, que de seguro va a ser la delícia de cualquier ser humano acalorado.

Así que ya sabéis, si estáis por la capital catalana, no dejéis de visitar la meca de los fanáticos del helado (y, si os gusta el chocolate, probad el helado 100% chocolate negro).